El pasado 29 de abril el catedrático de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Barcelona Joaquín Prats Cuevas criticó el uso político de la historia por parte de los gobernantes durante el discurso que pronunció al ser investido doctor honoris causa de la Universidad de Murcia.
La utilización de la historia de Cartagena con fines políticos ha sido una constante, veamos por ejemplo el Tomo VI de la Historia de Cartagena (Ediciones Mediterráneo ISBN 84-85856-58-9. 1986). En las páginas 76 y 77, el catedrático de la Universidad de Murcia D. Juan Torres Fontes dedica dos páginas a explicar a los estudiosos de la historia de nuestra tierra la serie de vicisitudes que empujaron al traslado de la capitalidad del Obispado a la ciudad de Murcia. Concluye el Catedrático medievalista que “… Nicolás IV por la Bula dada en Rieti (Nápoles) el 13 de septiembre de 1289, ordenaba a fray Pedro de Vilarnau, abad de Benifazá, y a Pedro de Belsa, prior de Portaceli, que realizaran la información solicitada. En esta ocasión se efectuó con prontitud el mandato pontificio y, ante el informe favorable Nicolás IV dio su conformidad. Realizándose así definitivamente el traslado tras la autorización de Sancho IV en 1291.”
Convendrán en que esta “tesis” sobre el traslado legal de la silla del Obispo a Murcia ha sido estudiada durante décadas por todos aquellos alumnos que hayan pasado por las aulas de la Universidad de Murcia y constituye una falsificación histórica con fines políticos evidentes.
Ya en el siglo XVII D. Francisco de Borja y Poyo, Marqués de los Camachos, había ordenado traducir en dos ocasiones la Bula de Rieti demostrando que no contiene autorización de traslado alguno por parte de Nicolás IV , llegando incluso a contactar con el Vaticano que confirmó la inexistencia en sus archivos de ninguna Bula de traslado. Estudios que posteriormente confirman publicaciones realizados por el Dr. Iván Negueruela, Dña. Milagros Viqueira y el Dr. Javier García del Toro. Sin embargo, como las mentiras acaban enquistándose socialmente jamás se produjo reacción alguna por parte de las autoridades académicas, religiosas o políticas admitiendo la ilegitimidad del traslado.
El 29 de julio de 2016 la asociación “Monte Miral” reclama a la Consejería de Turismo la retirada a la mención de la Bula de traslado en la página divulgativa www.regmurcia.com gestionada por la Fundación Integra con fondos FEDER. La actuación administrativa, si bien no obtuvo respuesta por escrito al tratarse de una manipulación clara de la historia y políticamente no conviene su difusión, sí consiguió eliminar la referencia en la página web (adjuntamos los dos pantallazos). Pero posiblemente, sin una rectificación formal de los hechos, dicha falsedad continuará siendo difundida a nivel docente en la actualidad universitaria.
Resulta doloroso saber que, públicamente el Obispado de la Diócesis Carthaginense persiste en la mentira de una falsificación histórica que dura ya ocho siglos y, sin pudor alguno, lo hace a través de su página oficial “Diócesis de Cartagena“. Falseando, no sólo una de las páginas más importantes de la historia de Cartagena, si no faltando a la esencia de los preceptos cristianos que rigen sus enseñanzas que abominan de la mentira.
Hoy los cartageneros podemos contemplar los restos de la Catedral de la Diócesis que ha permanecido cerrada durante décadas a los ojos de cristianos y ciudadanos. Restos de una historia que ha sido robada, falseada y enseñada a nuestros hijos a través de la Universidad de Murcia y de la propia Diócesis que lleva nuestro nombre.
¿Y luego se sorprenden de que reclamemos una provincia?. Echamos de menos en estos debates que se producen sobre la biprovincialidad pinceladas de historia, identidad y el sentir de un pueblo. La ciudad de Murcia se adueña de nuestra asignación presupuestaria y de nuestra historia. Como bien dijo D. Joaquín Prats Cuevas entre los muros de la Universidad de Murcia “Estamos comprometidos a combatir por la pervivencia de un modelo de universidad científico-humanista, de raíz ilustrada, y por demostrar que la historia puede alcanzar, como de hecho alcanza, los niveles de objetividad y verdad que es posible en una ciencia, en este caso, social”. Nosotros añadimos, y de una Iglesia libre de mentiras.
* Por María Dolores Ruiz. Asociación Daphne Cartagena.
Y en 8 siglos aun no toma cartas en el asunto el vaticano? Xq supongo a alguien habrá ido hablar con ellos y si es así, entonces son cómplices el vaticano y el obispo de Cartagena ,x que si hay traslado legal ,porque se sigue llamando obispo de Cartagena? Porque no se llama obispo de murcia ?